Como compañeros humanos de perros, a menudo nos centramos en las señales más obvias que nos dan: un entusiasta meneo de cola, unas orejas atentas, o un bostezo de cansancio. Sin embargo, nuestros amigos de cuatro patas son maestros en la comunicación no verbal, utilizando cada parte de su cuerpo para expresar emociones, intenciones y niveles de confort. Aprender a leer este lenguaje sutil y multifacético no solo profundiza nuestro vínculo, sino que es fundamental para entender sus necesidades, prevenir problemas de comportamiento e incluso detectar signos tempranos de estrés o enfermedad. Olvídate de los manuales básicos; adentrémonos en los matices de cómo realmente se comunican los perros.

Señales de Calma y Apaciguamiento: Los Diplomáticos Caninos

Una parte esencial del repertuaje comunicativo de los perros son las llamadas «señales de calma» o «señales de apaciguamiento». Son comportamientos innatos que utilizan para intentar calmarse a sí mismos en situaciones de estrés, o para comunicar a otros (perros, personas) que tienen intenciones pacíficas y desean evitar confrontaciones. Reconocerlas nos ayuda a no añadir más presión en momentos en que nuestro perro se siente incómodo.

Algunas de las señales de calma más comunes incluyen:

  • Bostezar: Si ocurre fuera de un contexto de somnolencia (por ejemplo, en la sala de espera del veterinario o durante un entrenamiento intenso), suele indicar estrés o ansiedad.
  • Lamerse el hocico o los labios: Un lamido rápido sin presencia de comida es otra señal común de tensión.
  • Girar la cabeza o el cuerpo: Desviar la mirada o el cuerpo ligeramente al encontrarse con alguien o algo que les genera incertidumbre es un intento de reducir la intensidad de la interacción.
  • Olfatear el suelo: Detenerse a oler el suelo en un momento de aparente tensión es a menudo una forma de desviar la atención y calmar el ambiente.
  • Movimientos lentos: Moverse de forma deliberadamente pausada en presencia de otros perros o personas desconocidas puede ser un intento de mostrar que no son una amenaza.

La Postura y la Tensión Corporal Hablan Volúmenes

La forma en que un perro lleva su cuerpo revela mucho sobre su estado emocional.

  • Rigidez vs. Fluidez: Un perro tenso o «congelado», con músculos marcados y movimientos limitados, suele estar en estado de alerta o incomodidad significativa. Un cuerpo relajado, con movimientos fluidos y contornos suaves, indica comodidad.
  • Altura del cuerpo: Un perro que intenta parecer más pequeño (encorvado, cola baja, cabeza gacha) puede estar mostrando miedo, sumisión o inseguridad. Un perro que se yergue, con el pecho hacia afuera, puede estar ganando confianza o intentando intimidar.
  • El Arco de Juego vs. la Tensión: El clásico «play bow» (cuartos delanteros bajos, cuartos traseros altos, cola moviéndose alegremente) es una clara invitación al juego. Sin embargo, posturas bajas pero rígidas pueden indicar miedo o preparación para reaccionar.

Los Ojos: Ventanas al Alma… y al Estrés

La mirada de un perro es increíblemente expresiva.

  • El «Ojo de Ballena»: Mostrar el blanco del ojo mientras la cabeza permanece orientada hacia adelante o ligeramente girada es una señal clara de estrés o ansiedad ante algo en su campo visual.
  • Pupilas: Las pupilas dilatadas en un entorno bien iluminado pueden indicar miedo, excitación, o incluso dolor. Pupilas contraídas pueden ser un signo de agresión (aunque no siempre) o mucha luz.
  • Parpadeo: Un parpadeo lento y suave suele ser una señal de relajación y afecto. Un parpadeo rápido puede indicar estrés.

La Cola: Mucho Más Que Felicidad

Aunque el meneo de cola se asocia universalmente con la felicidad, su posición, rigidez y velocidad añaden capas de significado.

  • Una cola alta y moviéndose rápidamente puede indicar excitación o alerta, no necesariamente amigabilidad.
  • Una cola baja y moviéndose rápidamente (casi temblando) a menudo señala nerviosismo o inseguridad.
  • Una cola rígida, ya sea alta o baja, suele indicar tensión.
  • La altura «neutral» de la cola varía entre razas e individuos; lo importante es notar la desviación de su estado relajado.

Entender este lenguaje requiere observación y paciencia. Tómate tiempo para observar a tu perro en diferentes situaciones: en el parque, en casa, durante el paseo. Si notas señales persistentes de estrés o incomodidad, o si su comportamiento cambia, no dudes en consultarnos. Como veterinarios, podemos ayudarte a interpretar estas señales en el contexto de su salud física y emocional, y si es necesario, derivarte a un especialista en comportamiento. Dominar el lenguaje canino fortalece la confianza mutua y asegura que puedes responder adecuadamente a las necesidades de tu compañero.

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