Aproximadamente el 17% de los caninos padece de obesidad en algún momento de su vida, mientras que un 36% tiene sobrepeso. Lamentablemente cuando de perros se trata no basta con elegir bien el tipo de alimento balanceado que vamos a darle en las bases cotidianas, sino que además hace falta prestar atención a otro tipo de factores para garantizar la salud optima de nuestro amigo peludo. En el artículo de hoy les contamos cuáles son los peligros de la obesidad en animales domésticos y cómo hacer para evitarla.
La obesidad canina y sus efectos
La obesidad en los animales domésticos se mide de la misma manera que en las personas: si el perro se excede en más de un 20% de su peso ideal establecido, nos encontramos ante un caso de exceso de peso. Cuando hablamos de obesidad, hacemos referencia a un excedente de grasa corporal que por lo general es generado por una mala alimentación.
La obesidad suele traer aparejada una gran cantidad de problemas para la salud de nuestra mascota, siendo la principal consecuencia la dificultad para respirar normalmente: esto se produce en virtud de que la grasa del abdomen presiona el diafragma y complica el paso regular del aire. Por otro lado, al corazón le cuesta mucho más trabajo bombear la sangre, lo que aumenta considerablemente la presión cardiaca y los riesgos de sufrir un infarto.
Además de los problemas a nivel del sistema respiratorio, es muy común que un perro con obesidad tenga cojera y posibilidades de sufrir una rotura de meniscos, artritis y diversas dificultades en el rango de la movilidad que le imposibilitarán tener una vida normal.
Consejos para tratar y evitar la obesidad
Como habrán visto anteriormente la obesidad es un problema realmente grave que puede acortar considerablemente la esperanza de vida de nuestro perro: veamos a continuación algunos tips y consejos para tratar de prevenirla y tratarla en caso de que nuestro animal ya sufra de cierto sobrepeso.
Hablar con el veterinario.
Si vemos que nuestro canino ya ha comenzado a cargarse algunas libras de más, es momento de hablar con el veterinario: se trata de un profesional totalmente capacitado que nos dirá cómo hacer para revertir esta situación de la manera más saludable y optima posible para nuestra mascota.
Descartar problemas de salud.
Antes de establecer un plan de adelgazamiento, el veterinario deberá corroborar que la obesidad de nuestra mascota no se deba a otro tipo de problemas de salud como hipotiroidismo o complicaciones de origen metabólicas.
Ejercicio regular.
No es ningún secreto, la mejor manera de prevenir el exceso de peso e incluso de tratarlo una vez que ya se ha instaurado es a través del ejercicio. Planificar una rutina de actividad física con nuestra mascota puede no solo ayudar a mejorar la situación sino incluso resultar divertido. Salir a dar un paseo, correr a la par e incluso jugar un rato en el parque a diario será suficiente para lograr los objetivos deseados.