La otitis es una de las afecciones más frecuentes en perros y puede afectar tanto el oído externo como el medio o interno. Se trata de una inflamación que, si no se atiende a tiempo, puede derivar en complicaciones severas que afecten la calidad de vida de nuestra mascota. En este artículo explicaremos qué es la otitis, cuáles son sus causas, cómo identificarla y qué tratamientos existen para combatirla eficazmente.
¿Qué es la otitis en perros?
La otitis es la inflamación del canal auditivo y puede presentarse en diferentes grados y zonas del oído. Se clasifica según su ubicación en:
- Otitis externa: inflamación en el canal auditivo externo, es la forma más común.
- Otitis media: afecta el oído medio, generalmente como consecuencia de una otitis externa no tratada.
- Otitis interna: inflamación del oído interno, puede afectar el equilibrio y la audición del perro.
Causas más comunes de la otitis canina
Las causas que pueden desencadenar una otitis en perros son diversas y suelen estar relacionadas con factores predisponentes, desencadenantes y perpetuantes:
Factores predisponentes
- Orejas largas y caídas (como en Cocker Spaniel, Basset Hound).
- Acumulación de humedad en el canal auditivo.
- Producción excesiva de cerumen.
Factores desencadenantes
- Infecciones bacterianas.
- Infecciones por levaduras o hongos.
- Presencia de ácaros (otoacariosis).
- Cuerpos extraños alojados en el oído.
- Alergias cutáneas que afectan la piel del canal auditivo.
- Enfermedades sistémicas como hipotiroidismo.
Factores perpetuantes
- Cambios estructurales en el oído por inflamaciones crónicas.
- Estrechamiento del canal auditivo.
- Formación de tejido cicatricial.
Síntomas de la otitis en perros
Reconocer la otitis a tiempo es fundamental para evitar complicaciones. Los signos más comunes incluyen:
- Rascado constante en la oreja afectada.
- Sacudidas frecuentes de la cabeza.
- Enrojecimiento e inflamación del canal auditivo.
- Secreción oscura, amarillenta o maloliente.
- Mal olor proveniente del oído.
- Dolor o sensibilidad al tacto en la oreja.
- Pérdida de equilibrio o inclinación de la cabeza en casos avanzados.
Si notas alguno de estos síntomas en tu perro, es fundamental acudir al veterinario para un diagnóstico adecuado.
Diagnóstico veterinario
El veterinario realizará una evaluación clínica que incluye:
- Examen físico general.
- Inspección del oído con otoscopio para observar el canal auditivo y el tímpano.
- Toma de muestras de la secreción para análisis microscópico y cultivo bacteriano o fúngico.
- En casos crónicos, pueden solicitar estudios complementarios como radiografías o tomografías para evaluar el oído medio e interno.
Tratamiento de la otitis en perros
El tratamiento dependerá de la causa específica y de la gravedad del cuadro. Puede incluir:
- Limpieza del canal auditivo: realizada por el veterinario para eliminar cerumen y secreciones.
- Medicamentos tópicos: gotas o pomadas antibióticas, antifúngicas o antiinflamatorias.
- Medicamentos orales: antibióticos o antifúngicos en casos más severos o complicados.
- Control de alergias: cuando la otitis está relacionada con alergias cutáneas, es necesario tratar el problema de base.
- Manejo del dolor: analgésicos y antiinflamatorios para mejorar el confort del perro.
Es muy importante no automedicar al perro, ya que el uso incorrecto de tratamientos puede agravar la infección o generar resistencia bacteriana.
Prevención: clave para evitar la otitis
Prevenir la otitis es posible con cuidados regulares y observación constante. Algunas recomendaciones útiles son:
- Mantener las orejas limpias y secas, especialmente después de baños o paseos en ambientes húmedos.
- Revisar periódicamente el estado de las orejas para detectar señales tempranas.
- Evitar la introducción de objetos extraños en el oído.
- Controlar alergias o enfermedades de la piel que puedan predisponer a infecciones.
- Consultas veterinarias regulares para chequeos preventivos.
La otitis en perros es un problema común pero que puede prevenirse y tratarse con éxito si se actúa a tiempo. Reconocer los síntomas y consultar al veterinario ante la menor sospecha es fundamental para evitar complicaciones y preservar la salud auditiva y el bienestar de nuestra mascota. Recuerda que un perro con orejas sanas es un perro feliz y cómodo.